AGOSTO 7 DE 2024
"Nuevo El Niño": el fenómeno descubierto en el Pacífico Sur que ayudará a pronosticar mejor el clima en el Hemisferio Sur Los científicos describen el hallazgo como “encontrar un nuevo interruptor en el clima de la Tierra”.
Se trata de un nuevo patrón climático, similar a El Niño, que comienza cerca de Nueva Zelanda y Australia y puede provocar cambios en el clima de todo el Hemisferio Sur.
Lo han llamado “Patrón circumpolar número de onda 4 del Hemisferio Sur” o SST-W4.
Y según el equipo internacional de investigadores que realizó el descubrimiento, este patrón será vital para comprender el cambio climático en los próximos años y pronosticar mejor el clima, particularmente en el Hemisferio Sur. El fenómeno llamado El Niño Oscilación del Sur (ENOS), o simplemente El Niño, es un cambio periódico impredecible del sistema de vientos y corrientes en el Pacífico tropical que afecta significativamente el clima en todo el planeta. ENOS, que ocurre cada 5 años en promedio, está asociado con inundaciones, sequías y otras perturbaciones globales.
Ahora, al parecer, ENOS tiene un nuevo hermano: el Nuevo El Niño.
Según el descubrimiento publicado en Journal of Geophysical Research: Oceans, el SST-W4 surge más al sur que ENOS, en el Pacífico subtropical suroccidental, en dirección a Australia y Nueva Zelanda.
Y aunque la región que controla estos cambios climáticos es relativamente pequeña, puede desencadenar alteraciones en la temperatura de todo el Hemisferio Sur, afirman los investigadores.
"Este descubrimiento es como encontrar un nuevo interruptor en el clima de la Tierra”, afirma Balaji Senapati, investigador del Departamento de Meteorología de la Universidad de Reading, Inglaterra, y principal autor del estudio.
“Muestra que una zona relativamente pequeña del océano puede tener efectos de amplio alcance en los patrones meteorológicos y climáticos globales”, agrega.
Fenómeno escondido
Los científicos sabían desde hacía algunos años que había un patrón que afectaba las fluctuaciones de la temperatura en la superficie del mar en la región, pero no entendían cómo funcionaba.
En el nuevo estudio, lograron por primera vez simular este patrón con éxito.
Para ello utilizaron un sofisticado modelo climático que representaba 300 años de condiciones climáticas. El modelo combina componentes atmosféricos, oceánicos y del hielo marino para crear una imagen integral del sistema climático de la Tierra.
Cuando analizaron los datos simulados, los investigadores identificaron la existencia de un patrón recurrente de variaciones de temperatura en la superficie del mar que rodea el Hemisferio Sur.
“El patrón meteorológico funciona como una reacción en cadena global”, explican los científicos en un comunicado.
“Este patrón crea cuatro áreas cálidas y frías alternas en los océanos, formando un círculo completo en el Hemisferio Sur”, agregan.
Los investigadores descubrieron que el patrón comienza cerca del mar de Nueva Zelanda y Australia, en una región pequeña que funciona como palanca de control para el SSTT-W4.
Cuando la temperatura del océano cambia en esta pequeña área, estos cambios influyen a su vez en las temperaturas de la atmósfera.
“Esto crea un patrón similar a una ola que viaja por todo el Hemisferio Sur, impulsada por fuertes vientos del oeste”, explican.
A medida que cambian los patrones de viento, se altera la temperatura del océano creando las áreas alternas de aire cálido y frío.
Así, los vientos del oeste pueden transportar el aire calentado o enfriado alrededor del planeta en un patrón climático anómalo, el cual puede hacer que los cambios de temperatura sean más fuertes o más débiles.
Los investigadores señalan que este nuevo fenómeno comparte algunas características con otros sistemas meteorológicos conocidos en los trópicos, como el patrón de calentamiento de corrientes de El Niño, o su fase opuesta, la de enfriamiento, de La Niña.
Pero el SST-W4 ocurre independientemente de estos fenómenos, lo cual sugiere que este patrón siempre ha sido parte del sistema climático de la Tierra, pero solo ahora se la ha identificado.
Mejores pronósticos
En el estudio, los científicos no abordaron la cuestión de cómo pueden evolucionar los cambios que provoca este nuevo El Niño.
Pero quizás este fenómeno podría explicar por qué el Hemisferio Sur se está secando, calentando y volviendo cada vez más tormentoso.
Para poder saberlo con precisión, escriben los científicos, “es necesario comprender mejor el vínculo entre la variabilidad climática del Hemisferio Sur y el Pacífico subtropical suroccidental".
De cualquier forma, subrayan los investigadores, el hallazgo de este nuevo patrón climático muestra cuán importante es para nuestro clima la interacción entre el océano y la atmósfera.
“Comprender este nuevo sistema meteorológico podría mejorar enormemente los pronósticos meteorológicos y la predicción del clima, especialmente en el Hemisferio Sur”, destaca Balaji Senapati, de la Universidad de Reading.
“Y podría ayudar a explicar los cambios climáticos que hasta ahora son un misterio y mejorar nuestra capacidad para predecir fenómenos meteorológicos y climáticos extremos”. FUENTE: BBC News Mundo.
,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,- Programa de geografía 7mo año EBI tema: Cuencas hidrográficas: ejemplo Cuenca del Río Pó Italia
- La cuenca del Río Po genera cerca del 40% del Producto Interno Bruto (PIB) de Italia a través de la industria intensiva y muchas otras actividades económicas.
- La cuenca del Río Po se extiende desde los Alpes en el oeste, hasta el Mar Adriático en el este, y cubre un área de 74.000 km2. Mientras que el 5% de la cuenca fluvial está situada en Suiza o Francia, la mayoría se encuentra en el norte de Italia. Allí es donde la cuenca es más grande, con su canal principal el más largo (650 km), y su más grande descarga de agua.
- La cuenca del Po alberga unos 16 millones de personas (2001), y se extiende por sobre cerca del 24% del territorio italiano. Las regiones del Piamonte, el Valle de Aosta, la Liguria, la Lombarda, la Véneto, la Emilia-Romaña, y la Toscana, se encuentran parcial o totalmente dentro de ella, al igual que la Provincia Autónoma de Trento.
- El nivel de precipitaciones medio anual oscila alrededor de los 1.100 mm, y varía entre 2.000 mm en la zona alpina, y un poco menos que 700 mm en las planicies orientales.
- Los archivos meteorológicos indican que el número total de días lluviosos en Italia ha disminuido en un 14% de 1951 a 1996. La disminución fue más pronunciada durante el invierno. La cantidad de aguas lluvias también decreció, especialmente en el centro y sur de Italia. Adicionalmente, durante el mismo período, las sequías se volvieron más frecuentes. Tendencias similares han sido observadas en la cuenca del Río Po. El promedio anual de lluvias se ha reducido en un 20% desde 1975, y la descarga promedio anual en Pontelagoscuro, cerca a la zona más baja del final del río, ha caído entre un 20% y 25%.
- La cantidad de recursos de agua dulce disponible en la cuenca del Río Po se estima en 77,7 billones de m3.
- La agricultura en la cuenca del Río Po se encuentra altamente desarrollada, y a ella se debe más de la mitad del uso de la tierra en la cuenca. De hecho, con un área de 30.000 km2, esta es el área cultivada más grande en toda Italia, y produce un 36% de la producción agrícola total. De igual manera la agricultura tiene la más alta demanda de agua que cualquier otro sector en la cuenca extrayendo cerca de 17 billones de m3 al año. Casi 11.000 km2 del área cultivada es irrigada, casi exclusivamente (87%) por caudales fluviales de la superficie.
- La cuenca del Río Po también está urbanizada, y alberga el 28% de la población italiana. Las regiones de la Lombarda, el piedemonte, y Emilia-Romaña son las más pobladas y tienen una buena concentración de actividades económicas.
Información tomada del 3er. Informe sobre el desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo "El Agua en un Mundo en Constante Cambio".
Cauce
En su cauce central el río se divide en brazos, dando lugar a la formación de islas de diverso tamaño. Al aproximarse al Adriático, el Po forma un delta con numerosísimas islas y seis brazos principales. El amplio valle del Po, conocido como "llanura padana", es la región industrial más desarrollada de Italia y una de las más importantes de toda Europa. Las principales urbes que atraviesa el Po a lo largo de sus más de seiscientos cincuenta kilómetros de recorrido son: Turín, Piacenza, Cremona y Ferrara, esta última ubicada ya en la zona del delta.
Cuenca y afluentes
Su cuenca ocupa una gran parte de la región, y la ancha llanura por la que discurre es la zona agrícola más importante de Italia. Sus afluentes son los ríos Tanaro, Dora Baltea, Dora Riparia, Tesino, Adda, Oglio, Mincio, Trebbia, Taro, Panaro y Secchia. El cauce del río en su curso bajo es muy alto, por lo que está protegido por canales y diques. El Po es navegable unos 555 km, desde el mar Adriático hasta Casale Monferrato, ciudad del Piamonte. Su agua se utiliza también para regadío. Los sedimentos que transportan muchos de sus afluentes están provocando un agrandamiento del delta del Po, hasta el punto de que está avanzando hacia el mar Adriático a una velocidad media de 60 m al año. El delta, conservado manteniendo su forma original, fue declarado Patrimonio cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1995, por su importancia como paisaje cultural.
Inundaciones
Su caudal es abundante debido a que recibe el agua de los Alpes por su margen izquierda, donde tiene los afluentes más caudalosos. Suele presentar el máximo en primavera y el mínimo a finales del verano, si bien son temidas sus crecidas también en otoño. El caudal máximo se registró en las inundaciones de 1951, con 13.000 m³/s en Pontelagoscuro, y el mínimo registrado fue de 270 m³/s.
LINKS PARA AMPLIAR SOBRE LA SEQUÍA DEL RÍO EN 2023.
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Octubre 12 de 2023
Un lago canadiense será el enclave que marque el inicio del Antropoceno
A estas preguntas trata de contestar el Grupo de Trabajo sobre el Antropoceno (AWG por sus siglas en inglés), establecido en 2009 por la Subcomisión de Estratigrafía del Cuaternario con el fin de proponer la definición de este concepto y estimar su potencial como una posible unidad del tiempo geológico.
Actualmente, el AWG está culminando su tarea tras elegir el lago Crawford (Canadá) como el lugar que contiene el registro sedimentario de referencia para definir el inicio del Antropoceno, como acaba de anunciar este 11 de julio. Pero ¿qué tiene de especial este sitio para ser proclamado como una especie de línea divisoria entre distintas épocas geológicas?
La huella de la Gran Aceleración
Desde su constitución, el AWG ha evaluado las distintas evidencias físicas, químicas y biológicas que se encuentran preservadas en los sedimentos y las rocas más recientes, publicando numerosos trabajos científicos que han ido explorando su naturaleza y relevancia.
Estos estudios han concluido que el Antropoceno sí es significativo a escala geológica debido a la rapidez y magnitud de los impactos humanos recientes sobre los procesos que operan en la superficie terrestre. Muchos de estos impactos han generado cambios irreversibles que superan el escaso rango de variabilidad natural del Holoceno –la última fase climática interglaciar–, que comenzó hace 11 700 años.
En los estratos geológicos, el AWG ha identificado un conjunto importante de indicadores que coinciden con la denominada “Gran Aceleración” de mediados del siglo XX, impulsada por un aumento sin precedentes en la población humana, el consumo de energía, la industrialización y la globalización tras el final de la Segunda Guerra Mundial. Entre ellos destacan los siguientes:
- Radioisótopos procedentes de las pruebas con armas termonucleares en la atmósfera (como el plutonio).
- Partículas carbonáceas originadas por la quema de combustibles fósiles a elevadas temperaturas.
- Microplásticos.
- Cambios en la biodiversidad que incluyen la extinción, el traslado de especies fuera de su área de distribución natural y la gran expansión de organismos domesticados.
¿Qué es un “clavo dorado”?
A lo largo de estos años, el AWG ha ido acordando mayoritariamente que el Antropoceno es geológicamente real y que debe formalizarse como una unidad independiente dentro de la escala internacional del tiempo geológico. Su inicio se localizaría a mediados del siglo XX (años 1950) conforme a las señales simultáneas y globales registradas en los sedimentos desde entonces.
Además, el AWG estableció que es necesario determinar su lugar de referencia mediante un límite material y temporal llamado estratotipo global (GSSP) o, coloquialmente, “clavo dorado”. Este es el método más aceptado para formalizar unidades geológicas durante los últimos 540 millones de años.
Criterios de selección
Desde 2019, se ha desarrollado un proyecto colaborativo entre el AWG y numerosos laboratorios de investigación en el marco de una iniciativa internacional denominada Anthropocene Curriculum, promovida por la Haus der Kulturen der Welt y el Instituto Max Planck para la Historia de la Ciencia, ambos en Alemania.
Se recibieron inicialmente doce propuestas detalladas de diferentes secciones geológicas que podrían albergar este GSSP, localizadas en cinco continentes y ubicadas en ocho ambientes geológicos distintos. Todas ellas han sido publicadas en 2023 dentro de un número especial temático de la revista científica Anthropocene Review. Estos trabajos han constituido la principal fuente de información para que las/os miembros del AWG con derecho a voto elaborasen sus propuestas durante el proceso de selección.
Tras un examen inicial, algunos de estos lugares no se consideraron adecuados para albergar el GSSP, por lo que finalmente el AWG analizó con detalle nueve secciones de referencia. Las candidatas idóneas fueron aquellas que contenían finas capas de sedimento que podían analizarse año a año y cuya edad podía además ser corroborada gracias a la presencia de elementos radioactivos que garantizasen un registro sedimentario completo.
Los procedimientos estratigráficos establecidos para decidir sobre un GSSP se encuentran ya estandarizados en geología y son comunes para la definición de cualquier tiempo geológico. Así, un “clavo dorado” requiere la presencia local de un marcador físico que se pueda ver a simple vista y al menos una señal indicadora (como, por ejemplo, un cambio geoquímico) que se encuentre en los sedimentos y rocas de la misma edad y en todo el planeta.
La mayoría de los equipos que presentaron estas propuestas identificaron el plutonio como su indicador principal y propusieron el inicio del Antropoceno a partir de un incremento en la señal de este elemento radiactivo.
Y el ganador es…
La discusión inicial entre el AWG y los distintos equipos proponentes sobre las fortalezas y debilidades de cada sección se inició en octubre de 2022 y la primera votación formal se prolongó hasta diciembre. Esta votación incluía la elección de las tres candidatas mejor valoradas para albergar el GSSP.
Según los resultados obtenidos, las secciones geológicas más relevantes se encontraban en la bahía Beppu (Japón), el lago Sihailongwan (China) y el lago Crawford (Canadá). Tras un análisis detallado sobre la naturaleza de su señal de plutonio y una nueva votación, quedaron finalistas los enclaves lacustres de China y Canadá.
Finalmente, el lago Crawford obtuvo el 61 % de los votos, por lo que fue elegido como el lugar que albergará la propuesta de GSSP para la época Antropoceno.
Situado en la provincia de Ontario, este lago había sido investigado originalmente para demostrar su ocupación esporádica por los pueblos indígenas americanos y su posterior colonización por los europeos. El nuevo estudio geológico ha incrementado el número de indicadores preservados en sus distintas capas anuales (varvas lacustres), que están formadas por una alternancia de calcita pálida (depositada en verano) y láminas orgánicas oscuras (acumuladas en invierno).
La capa que se propone como marcador visual del GSSP se encuentra a 15,6 cm de profundidad en la base de una lámina de calcita depositada en el verano de 1950, y fue seleccionada debido al rápido aumento del plutonio a partir de entonces. Esta señal coincide asimismo con un incremento de las partículas carbonáceas y un importante cambio del ecosistema identificado mediante un declive en el polen de olmo y un reemplazamiento en las especies de diatomeas (un grupo de algas unicelulares).
Adiós al Holoceno
Es muy importante no confundir entre actividad humana y Antropoceno, ya que este último concepto no incluye la huella humana inicial (que era regional y fue acrecentándose a lo largo del tiempo), sino que se define a consecuencia de la respuesta planetaria al enorme impacto de la citada Gran Aceleración.
El Antropoceno es parte del tiempo geológico y, a pesar de su corta duración, se beneficiará de una posible formalización que determine con precisión su significado y utilización en todas las ciencias y en otras disciplinas académicas. Será reconocido de este modo el final de una época relativamente estable en la historia de la Tierra: el Holoceno.
Alejandro Cearreta, Catedrático de Paleontología, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation.
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6 de julio de 2023 Qué es el Niño costero, el fenómeno que multiplica los efectos de El Niño en Perú y Ecuador
Pero para los habitantes de la costa pacífica sudamericana El Niño no llega solo. En esta zona se vive también el fenómeno de El Niño costero, que se siente con particular intensidad en Perú y Ecuador.
La coincidencia en el tiempo con El Niño costero aumenta los potenciales efectos de El Niño en estos dos países.
Rina Gabriel, del Estudio Nacional del Fenómeno del Niño (Enfen), la entidad oficial encargada del seguimiento del fenómeno en Perú, le dijo a BBC Mundo que El Niño y El Niño costero “van a generar precipitaciones mucho más altas de lo normal y pérdidas económicas y de vidas si no se toman medidas de prevención anticipadamente”.
Qué es El Niño
El Niño es parte de un fenómeno climático natural conocido como El Niño-Oscilación del Sur, que muestra dos situaciones opuestas, El Niño y La Niña, ambas causa de cambios significativos en la situación meteorológica mundial.
Los científicos suelen declarar que El Niño está presente cuando la temperatura de las aguas superficiales sube al menos 0,5 grados por encima de lo habitual en un área del Pacífico ecuatorial central denominada Región Niño 3.4. Este fenómeno supone la mayor fluctuación natural de las que se producen en el clima terrestre y tiene tres fases: cálida, fría y neutral.
La fase cálida, denominada El Niño, tiene lugar con una frecuencia que oscila entre cada dos años y cada siete, y se acompaña de la llegada de aguas calientes que se extenderán por la superficie del océano y emitirán calor hacia la atmósfera.
Es frecuente que en los medios de comunicación locales se refieran a él como "El Niño global" para diferenciarlo de El Niño costero.
Qué es El Niño costero
El Niño costero se da cuando la temperatura de las aguas superficiales aumenta más de 0,4 grados en una región conocida como Niño 1.2, que comprende el mar de Ecuador y del norte y centro de Perú. Las condiciones propias de El Niño costero se vienen detectando desde marzo.
La científica del Enfen explicó que “en el centro y norte de Perú es normal que haya una temporada de lluvias en el verano provocada por la llegada de humedad de Brasil y Colombia, pero, si se suma un mar caliente, generará lluvias por encima de lo normal en esas zonas y una sensación de calor mucho mayor”.
Por qué este año es preocupante
El Enfen declaró la alerta en Perú por El Niño costero y el organismo prevé lluvias de intensidad moderada a fuerte en la zona septentrional del país para el verano de 2024.
El gobierno peruano ha anunciado que destinará 1.446 millones de soles (US$397,5 millones) para actividades preventivas como limpieza y descolmatación de ríos y quebradas ante la posibilidad de lluvias torrenciales e inundaciones.
En Ecuador se preparan para que las lluvias de mayor intensidad se produzcan entre febrero y marzo de 2024. El Centro Internacional de Investigación del Fenómeno de El Niño (Ciifen), en el que participa el gobierno ecuatoriano, pronostica precipitaciones por encima de lo normal en toda la región costera de Ecuador en el próximo verano austral.
Sin embargo, Juan José Nieto, director del organismo, aseguró que “los impactos de El Niño dependerán de cada país y de cada zona”. En Perú, la proliferación de asentamientos humanos en las riberas y en el curso de quebradas por las que el agua corre con fuerza cuando llueve mucho, así como la falta de sistemas de desagüe adecuados en muchas poblaciones, hace particularmente vulnerable a sus regiones costeras más al norte: Tumbes, Piura y Lambayeque.
Quedó de manifiesto en episodios meteorológicos adversos como el reciente ciclón Yaku, que dejó al menos 84 muertos y 47.000 damnificados. La lluvia que trajo consigo fue probablemente uno de los factores que han contribuido a la epidemia de dengue en esa zona del país, ya que la humedad favorece la reproducción del mosquito que propaga esta enfermedad.
Pero en el norte de Perú y en Ecuador conocen el poder devastador de El Niño hace tiempo.
En Ecuador aún recuerdan los estragos de 1982, cuando cayeron hasta 4.000 metros cúbicos de agua sobre Guayaquil, y de 1997, cuando las lluvias torrenciales desbordaron el río Cantón provocando muertos y evacuados.
En Perú, El Niño costero dejó en 2017 más de un centenar de muertos y en el norte del país aún hay obras en curso para reparar los daños que causó entonces.
En la pequeña localidad de Zaña, en el Departamento peruano de Lambayeque, llevan siglos conviviendo con el fenómeno. De hecho, su principal atractivo turístico son las ruinas de los templos católicos levantados por los españoles que El Niño arrasó en 1720.
Otras construcciones cayeron más recientemente. El puente de Alcantarilla, por el que muchos pobladores de la zona cruzan el río Zaña, ha sido destruido decenas de veces en los últimos años, la última tras el paso del ciclón Yaku el pasado marzo. Jorge Orlando Carrillo, jefe de Gestión de Riesgo de Desastres de la Municipalidad, le dijo a BBC Mundo que es habitual que la subida del cauce del río en la época de lluvias lo destruya.
“Es un puente rústico que hemos podido reconstruir los trabajadores, pero nosotros no tenemos recursos para trabajos de más envergadura”, indicó.
Esa falta de recursos es lo que explica que el puente colgante que discurría en paralelo y que usaban los vehículos pesados dedicados al transporte de alimentos y artículos esenciales aún no haya sido reconstruido.
Y pese a la tratarse de un fenómeno recurrente, y a que este año se ha alertado de la posibilidad de fuertes lluvias con meses de antelación, la población local se queja de la falta de apoyo de las autoridades.
María Aldana, residente en Zaña, lamentó: “Aquí no estamos preparados, muchas casas se inundan cuando llueve y vivimos con la tensión de no saber qué haremos cuando lleguen las lluvias”.
Jennifer Harvey, directora del Instituto Nacional de Defensa Civil en Lambayeque, admitió que los preparativos avanzan con retraso:
“Estamos viendo obras de reducción y mitigación, porque obras preventivas a más largo plazo ya es muy difícil poderlas realizar”.
El Niño y el cambio climático
Los pescadores de la localidad de San José, también en Lambayeque, afirman que ellos ya sienten los efectos del cambio climático.
“Como el agua del mar está cada vez más caliente, el pescado se está marchando a aguas más frías al sur y no podemos capturarlo”, contó Mario Fiestas, dirigente de la asociación de pescadores artesanales de San José.Eso ha hecho que no hayan podido salir a faenar en lo que va de año.
El Niño y El Niño costero podrían empeorar las cosas.
A la espera de que la ciencia corrobore lo que los pescadores de San José han observado, desde el Enfen vaticinan que el desarrollo simultáneo de ambos Niños llevará a “un mar todavía más caliente en Perú”.
Algunos científicos dicen que El Niño hará de 2024 el año más caliente desde que hay registros.
Las temperaturas globales son actualmente 1,1 °C superiores a las del periodo comprendido entre 1850 y 1900, y El Niño podría hacerlas aumentar todavía 0,2°C más.
Eso dejaría a la humanidad todavía más cerca de rebasar el límite de 1,5°C fijado en el Acuerdo de París contra el cambio climático.Fuente BBC MUNDO Julio de 2023
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HOY 21 DE ABRIL DE 2023 COMPARTIMOS EL LINK QUE LOS LLEVA A LA PUBLICACIÓN LA ATMÓSFERA
..............................30 DE MARZO DE 2023 El convulso origen de los continentes
El primer registro de corteza continental data de hace la enormidad de 3 500 millones de años, tan sólo 1 100 millones de años después de la formación de la Tierra. Antes, según nuestros datos, en la superficie sólo había agua. Desde su origen, múltiples estudios apuntan a que los continentes no han parado de crecer, aunque discrepan en las tasas y el mecanismo de crecimiento, y en lo que es aún más conmovedor: que sigan haciéndolo.
Algunos modelos apuntan que el crecimiento de los continentes ha sido limitado desde su formación, argumentando que se destruye la misma corteza que se crea. Otros modelos predicen un crecimiento considerable, especialmente concentrado en los últimos 1 000 millones de años.
Entre las discrepancias, todos están de acuerdo en que los continentes crecen. Pero ¿cómo lo hacen? ¿Cómo crece la tierra que pisamos? Y, aún más en profundidad, ¿qué mecanismo provoca su crecimiento?
Los magmas como punto de partida
La mayoría de los estudios utilizan métodos de datación en zircón, una gema preciosa, como punto de partida. Multitud de civilizaciones han buscado y atesorado zircón sin saber que se trataba de la gema más antigua que jamás ha existido. Un estudio de científicos de las universidades de Wisconsin y Madison descubrió el origen de la cristalización del zirconio hace exactamente 4 400 millones de años. Se utilizan refinadas técnicas y sistemas isotópicos para determinar la edad de una roca. Sin embargo, y a pesar de los avances, los hallazgos están igualmente sujetos a varias fuentes de incertidumbre.
Pero sí hay algo claro, y es que todo proceso de crecimiento de la corteza continental parte de un cataclismo, de una convulsión geológica que implique la generación de magma desde el manto terrestre, que este magma se incorpore a la corteza, y, algo fundamental, que se preserve.
Así, para dar con el origen, la primera incógnita a resolver es qué magmatismo es el responsable del lento crecimiento de los continentes.
El magmatismo de arco y el nacimiento de los Andes
Desde el paradigma de la tectónica de placas el crecimiento cortical se ha atribuido históricamente al magmatismo producido en zonas de subducción, es decir, allí donde una placa, habitualmente oceánica, se introduce debajo de la contigua, habitualmente continental. Así, más o menos, y en un proceso que agita la Tierra como una maraca, la tierra firme le gana terreno al lecho marino.
El hundimiento de la corteza en el manto provoca que brote magma y su incorporación a los continentes. Este proceso se conoce como magmatismo de arco. Así nacieron los Andes y su cinturón volcánico.
Sin embargo, las estimaciones de crecimiento por magmatismo de arco albergan una contradicción. La incorporación de magmas descompensa la masa continental que flota sobre el manto. Y el sistema tiende al equilibrio: los magmas “sobrantes” se reciclan de vuelta al manto.
Si se crea la misma masa que se destruye, el magmatismo de arco no nos sirve para explicar la formación de continentes.
La hipótesis nueva: el magmatismo postcolisional
Cuando una subducción termina, continentes inicialmente separados por un océano chocan entre sí. Ese choque, aunque suena a inmediato, puede durar decenas de millones de años. Y sus consecuencias pueden perdurar todavía más en forma de grandes cordilleras, como ocurrió en el caso del Himalaya.
La temperatura e inestabilidad tectónica provocada por una colisión genera magmatismo. A este se le llama magmatismo postcolisional. Cuando este magma se emplaza en la corteza genera grandes formaciones de granito, como Gredos (Sistema Central, España).
Tradicionalmente se ha asociado el magmatismo postcolisional con la fusión de la corteza, y se le ha dado de lado en la discusión que trata de explicar el origen de los continentes.
En el nuevo estudio que hemos realizado desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de Salamanca, vinculamos el magmatismo postcolisional con el crecimiento de los continentes.
Hemos utilizado argumentos experimentales e isotópicos para concluir que los magmas postcolisionales proceden del manto terrestre y no son el resultado de reciclar la corteza. Esto implica que tras la colisión de dos continentes la masa continental crece, algo que los modelos no habían tenido en cuenta hasta ahora.
¿De dónde vienen los continentes?
Ahora que tenemos algunas herramientas para ello, ha llegado el momento de responder la pregunta inicial: ¿de dónde vienen los continentes?
Los continentes son magma enfriado. Por tanto, cualquier magmatismo capaz de hacer crecer los continentes debe provenir del manto.
Acorde a nuestro último hallazgo, desde el inicio de la tectónica de placas dos grandes eventos tectónicos han sido capaces de crear nueva masa continental: las zonas de subducción y la colisión continental.
Podríamos decir que los continentes, el soporte sobre el que habita el ser humano, se formaron desde magmas procedentes del manto, liberados tras movimientos de volumen cataclísmico, bien por una subducción o por la posterior colisión entre continentes.
Daniel Gómez-Frutos, PhD Student, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
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Febrero 8 de 2023
Desbordamientos en lagos glaciares: una creciente amenaza
Cuando el calentamiento de la atmósfera derrite los glaciares, el agua de deshielo puede acumularse y formar lagos. Pero, si rebasan los límites de las cuencas creadas por el glaciar, esas masas líquidas representan un importante peligro natural. En efecto, las inundaciones por desbordamiento violento de lagos glaciares (GLOF por sus siglas en inglés) pueden seguir causando numerosas víctimas mortales, además de daños materiales y de infraestructuras.
Alrededor de 15 millones de personas en todo el mundo podrían estar amenazadas por las crecidas de lagos glaciares. Los habitantes de aldeas y localidades en las altas montañas de Asia y los Andes son los más expuestos al peligro, según sugiere un estudio publicado en Nature Communications. Más de la mitad de la población que vive bajo este riesgo se encuentra en apenas cuatro países: India, Pakistán, Perú y China.
“Las GLOF pueden tener consecuencias de gran alcance, que van desde la escala local a la nacional”, señala a SINC Caroline Taylor, doctorando en el Instituto de Geografía, Política y Sociología de la Universidad de New Castle (Reino Unido) y coautora del trabajo.
“A escala local pueden provocar pérdidas de vidas, ganado, tierras de cultivo o propiedades, lo que tiene una evidente repercusión social y económica", explica. A escala más amplia, además, "pueden dañar las redes de transporte, los sistemas agrícolas y el turismo”, agrega la investigadora.
Alrededor de 15 millones de personas en todo el mundo podrían estar amenazadas por las crecidas de lagos glaciares. Los habitantes de aldeas y localidades en las altas montañas de Asia y los Andes son los más expuestos al peligro, según sugiere un estudio publicado en Nature Communications. Más de la mitad de la población que vive bajo este riesgo se encuentra en apenas cuatro países: India, Pakistán, Perú y China.
“Las GLOF pueden tener consecuencias de gran alcance, que van desde la escala local a la nacional”, señala a SINC Caroline Taylor, doctorando en el Instituto de Geografía, Política y Sociología de la Universidad de New Castle (Reino Unido) y coautora del trabajo.
“A escala local pueden provocar pérdidas de vidas, ganado, tierras de cultivo o propiedades, lo que tiene una evidente repercusión social y económica", explica. A escala más amplia, además, "pueden dañar las redes de transporte, los sistemas agrícolas y el turismo”, agrega la investigadora.
La investigadora subraya que esta clase de inundaciones son un “riesgo natural transfronterizo”. Por tanto, los estragos no se limitan al territorio donde sucede el desastre, sino que “las repercusiones sociales, económicas y medioambientales podrían afectar a varios países”.
Esta es "la primera vez" que se calcula "el número de personas expuestas a las GLOF a escala mundial", según la científica, ya que, hasta ahora, los estudios se limitaban al recuento de estragos "a nivel local o regional".
"Hoy podemos determinar qué países y qué cuencas fluviales deben considerarse prioritarios para realizar análisis más detallados y reducir los riesgos”, destaca Taylor.
La urgencia de buscar soluciones
El primer autor del estudio, Thomas Robinson, profesor titular en la Escuela de Tierra y Medio Ambiente de la Universidad de Canterbury (Nueva Zelanda), afirma que las GLOF pueden producirse sin previo aviso cuando falla una presa natural.
"La continua pérdida de hielo y la expansión de los lagos glaciares debido al cambio climático muestran que las inundaciones por desbordamiento de lagos glaciares son un peligro natural de importancia mundial que requiere atención urgente para minimizar la pérdida de vidas humanas en el futuro", afirma Robinson.
La glacióloga propone “sistemas de alerta temprana” para las comunidades situadas río abajo. “Pero para las personas que viven cerca de los lagos glaciares, a menos de 5 a 10 km, es poco probable que sean eficaces, ya que es poco probable que haya tiempo suficiente para activar la alerta y evacuar a la gente de forma segura antes de que llegue la inundación”, añade.
Por su parte, Taylor lamenta el que no exista una única solución para reducir este riesgo. “Limitar el cambio climático y mantener el calentamiento de la atmófera por debajo de 1,5 grados centígrados constituyen las principales medidas, ya que contribuirán a ralentizar el crecimiento de los lagos glaciares y a evitar que el peligro siga incrementándose”, expone. No obstante, “tenemos que encontrar medidas eficaces para la población amenazada, trabajando con los gobiernos nacionales y regionales, así como con las propias comunidades”, sostiene la investigadora
A este respecto, Thomas Robinson subraya el interés de colaborar con las administraciones públicas "para ayudar a identificar y explorar posibles opciones de mitigación, realizar simulacros de evacuación y contar con sistemas de alerta temprana de inundaciones. Se trata de trabajar de manera conjunta para minimizar el riesgo para las vidas humanas".
Pensar localmente
Taylor reconoce la dificultad de encontrar medidas eficientes y asequibles: “Existen soluciones de ingeniería, como la instalación de compuertas para bajar manualmente el nivel de los lagos y controlar el flujo de agua, pero son caras y no garantizan la resolución del problema si, por ejemplo, se produjera un desprendimiento de tierras o una avalancha de hielo en el lago”.
Regular el uso del suelo para evitar la construcción en lugares de riesgo también puede resultar complejo para las comunidades locales. La reubicación de los habitantes puede ser otra opción, “pero es cara y traumática para esas comunidades”, matiza la autora del estudio.
Por su parte, Taylor lamenta el que no exista una única solución para reducir este riesgo. “Limitar el cambio climático y mantener el calentamiento de la atmófera por debajo de 1,5 grados centígrados constituyen las principales medidas, ya que contribuirán a ralentizar el crecimiento de los lagos glaciares y a evitar que el peligro siga incrementándose”, expone. No obstante, “tenemos que encontrar medidas eficaces para la población amenazada, trabajando con los gobiernos nacionales y regionales, así como con las propias comunidades”, sostiene la investigadora
A este respecto, Thomas Robinson subraya el interés de colaborar con las administraciones públicas "para ayudar a identificar y explorar posibles opciones de mitigación, realizar simulacros de evacuación y contar con sistemas de alerta temprana de inundaciones. Se trata de trabajar de manera conjunta para minimizar el riesgo para las vidas humanas".
Pensar localmente
Taylor reconoce la dificultad de encontrar medidas eficientes y asequibles: “Existen soluciones de ingeniería, como la instalación de compuertas para bajar manualmente el nivel de los lagos y controlar el flujo de agua, pero son caras y no garantizan la resolución del problema si, por ejemplo, se produjera un desprendimiento de tierras o una avalancha de hielo en el lago”.
Regular el uso del suelo para evitar la construcción en lugares de riesgo también puede resultar complejo para las comunidades locales. La reubicación de los habitantes puede ser otra opción, “pero es cara y traumática para esas comunidades”, matiza la autora del estudio.
El trabajo señala que las zonas de mayor peligro no son las que tienen los lagos glaciares más grandes, más numerosos o de crecimiento más rápido. Lo que determina el riesgo es el número de habitantes de la región y su capacidad para hacer frente a las catástrofes. Algunos valles contienen muchos lagos glaciares grandes, pero registran muy poca gente viviendo río abajo. Esto implica que son comparativamente menos peligrosos.
No obstante, en algunas zonas de Pakistán, India y Perú existe un gran número de personas viviendo en estos valles. Además, los habitantes de la región andina son muy vulnerables a las consecuencias de una catástrofe de este tipo, según los indicadores de corrupción, pobreza, nivel educativo y otros factores utilizados por los investigadores. En cambio, el estudio identifica Nueva Zelanda como el país menos vulnerable.
"Si se quiere comprender el riesgo no basta con fijarse en el peligro, sino que hay que pensar dónde está la gente y hasta qué punto es vulnerable", espeta Robinson. "No podemos centrarnos en el Himalaya porque es la zona más visible e ignorar los riesgos que corren los Andes. Debemos asegurarnos de que tenemos en cuenta el panorama general y las zonas con mayor número de personas vulnerables".
La evolución del riesgo de GLOF en el futuro sigue siendo objeto de debate. La crisis climática continuará ampliando los glaciares tanto en número como en extensión, lo que alterará el patrón de espacios en peligro. Los autores consideran necesario fomentar la investigación para evaluar las condiciones de los lagos, la exposición y la vulnerabilidad, a fin de determinar el papel relativo de cada uno de ellos en el riesgo de inundaciones.
Referencia bibliográfica:
Robinson, T. et al. "Glacial lake outburst floods threaten millions globally". Nature Communications (2023)
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1ero de Diciembre
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15 noviembre de 2022
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