domingo, 3 de agosto de 2025

 PUEDEN ACCEDER A ESTE LIBRO ELECTRÓNICO Y DESCARGARLO EN:

https://biblioteca-repositorio.clacso.edu.ar/bitstream/CLACSO/253233/1/Dialogo-saberes-Leff.pdf

Novedad editorial: Diálogo de saberes

Este libro invita a recorrer un camino de encuentro entre el conocimiento académico y las sabidurías ancestrales de los pueblos originarios de América Latina y el Caribe. A partir de un diálogo plural y respetuoso, pensadores, líderes indígenas y activistas comparten reflexiones y experiencias que abren nuevas formas de entender el mundo, la vida y la sustentabilidad. Frente a la crisis ambiental global y los límites del pensamiento científico tradicional, aquí se propone una mirada más amplia, que reconozca la diversidad cultural, la riqueza de los territorios y la necesidad urgente de cambiar los modos de vida. Este libro es una invitación a pensar en comunidad, a imaginar otros futuros posibles y a construir, desde el respeto y la colaboración, un mundo más justo, habitable y en equilibrio con la Tierra.

..........................................................................................................................


Etapas del proceso investigativo

viernes, 1 de agosto de 2025

El Día de la Pachamama, también llamado Pachamama Raymi, se celebra anualmente el 1 de agosto en honor a la divinidad andina Pachamama en los pueblos andinos quechua y aimara de los Andes de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú.​​


La Pachamama fue y sigue siendo entendida como una figura central de la cosmovisión andina, vinculada tanto a la fertilidad como a la supervivencia de las comunidades que dependen de la agricultura y la ganadería.

El 1 de agosto no es una fecha casual. Marca el inicio del ciclo agrícola, un periodo considerado esencial en la continuidad de la vida rural. Está asociado a la época seca, cuando el suelo se prepara para la siembra y se agradecen las cosechas obtenidas en la temporada previa. Las prácticas de reciprocidad, como las ofrendas y los rituales de agradecimiento, se transmitieron oralmente de generación en generación, incluso durante periodos de represión y prohibición.

Durante la colonización y la expansión del cristianismo, muchas celebraciones indígenas fueron invisibilizadas, aunque la costumbre de honrar a la Pachamama logró perdurar en la intimidad familiar y, más tarde, recuperar visibilidad en el espacio público.

El reconocimiento institucional y turístico de estas festividades —como ocurre en la Quebrada de Humahuaca, declarada Patrimonio de la Humanidad— motivó una resignificación contemporánea, en la que lo ancestral convive con propuestas artísticas y comunitarias destinadas a celebrar y proteger la diversidad cultural.

Cómo se celebra el Día de la Pachamama

La festividad de la Pachamama se caracteriza por la realización de rituales y ceremonias en diversos contextos, desde ámbitos íntimos hasta encuentros multitudinarios. Uno de los elementos centrales es la ofrenda, también conocida como “corpachada” en algunas zonas.

Esta práctica consiste en cavar un hoyo en la tierra, donde se depositan alimentos como maíz, papas, habas, hojas de coca, bebidas —chicha, alcohol, vino—, flores, cigarrillos y objetos que simbolizan el sustento brindado por la naturaleza. Las familias y comunidades se reúnen alrededor del sitio, comparten palabras de agradecimiento y piden protección y abundancia para el año que comienza.

En provincias como Jujuy y Salta, la celebración se extiende durante todo el mes de agosto, aunque el 1° de agosto constituye el día principal. Además de la corpachada, es habitual sahumar los hogares con hierbas aromáticas para purificar el ambiente y realizar rituales de limpieza espiritual.Fuente:Infobae

,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,

https://geoconexionuruguay.blogspot.com/p/geopolitica.html 

En nuestra página de GEOPOLÍTICA 


miércoles, 30 de julio de 2025

 

Un potente terremoto de magnitud 8,8 que se produjo a unos 130 km de la costa este de Kamchatka, en Rusia, desató alertas de tsunami en todo el Pacífico.

El sismo ocurrió a las 11:25 am de este miércoles (hora local), cuando debido a la diferencia horaria aún era martes por la noche en el continente americano.

El terremoto se registró a unos 18km de profundidad y causó unas olas que alcanzaron los 1,09 metros en California, de acuerdo con el Centro Nacional de Alerta de Tsunamis de EE.UU.

También se registraron olas en las costas de Japón, donde fue evacuada la planta nuclear de Fukushima, y en Hawái, donde las alertas de desalojo ya han sido canceladas.





¿Por qué los tsunamis pueden ser casi tan rápidos como un avión de pasajeros?

Cuanto más profunda es el agua, más rápido se mueven las olas de un tsunami.

Un tsunami puede viajar a más de 800 km/h en las profundidades oceánicas, casi tan rápido como un avión de pasajeros.

En aguas profundas, la distancia entre olas es muy grande y las olas no son muy altas; rara vez superan un metro.

Si estuvieras en un bote en las profundidades oceánicas, podrías no notar un tsunami al pasar por debajo.

Pero a medida que un tsunami entra en aguas poco profundas cerca de la tierra, su velocidad disminuye, a menudo a entre 32 y 48 km/h.

La distancia entre las olas se acorta y las olas crecen en altura.

Esto puede convertirse en un muro de agua, provocando inundaciones potencialmente devastadoras.

Un tsunami llega a la costa en forma de una serie de crestas y valles (las partes más altas y más bajas de la ola).

Si el valle llega primero, el agua puede retroceder repentinamente antes de llegar a tierra.

Cómo una placa que desaparece podría haber causado el terremoto

La península de Kamchatka es remota, pero debajo de su superficie ocurre mucho.

Recuerda que la superficie de la Tierra está dividida en secciones llamadas placas. Justo frente a su costa, la placa del Pacífico se mueve hacia el noroeste y entra en contacto con otra placa más pequeña, llamada la microplaca de Okhotsk.

La placa del Pacífico es oceánica, lo que significa que tiene rocas densas y tiende a hundirse debajo de la microplaca.

A medida que la placa del Pacífico se hunde hacia el centro de la Tierra, se calienta y comienza a fundirse — efectivamente desaparece.

Pero este proceso no siempre es suave; a menudo las placas pueden atascarse mientras se deslizan una junto a la otra, y la placa superior es arrastrada hacia abajo. Esta fricción puede liberarse de repente, causando que las placas reboten.

Este rebote provoca un terremoto megasísmico.

Los terremotos más grandes registrados en la historia, incluyendo los de Chile, Alaska y Sumatra fueron todos terremotos megasísmicos.

Este movimiento fuerza hacia arriba el océano que está sobre él y desplaza un gran volumen de agua. Esta parte elevada del océano luego se propaga hacia afuera, lo que supone el inicio de un tsunami. Fuente_ BBC Noticias Mundo



sábado, 26 de julio de 2025

 Allí donde el mar impone condiciones extremas, el manglar responde con estrategias de adaptación.

En el Día Internacional de la Conservación de los #Manglares resaltamos su rol clave en la adaptación al cambio climático. Estos ecosistemas costeros además de ser aliados frente a los retos del clima, logran regenerarse en situaciones adversas. ¿Cómo lo hacen?
✔ Desarrollan raíces aéreas que les permiten respirar en suelos saturados.
✔ Resisten el impacto de tormentas gracias a su estructura flexible.
✔ Filtran el exceso de sal sin detener su crecimiento.
✔ Sus semillas germinan en el árbol y brotan al caer en el suelo.
Conservar los manglares es invertir en la seguridad de nuestras comunidades costeras.
----------------------------------------------------------------------
Compartimos en nuestra página de Territorios rurales https://geoconexionuruguay.blogspot.com/p/territorios-rurales.html

el siguiente informe publicado en La Diaria

En Uruguay la producción agropecuaria familiar es más sostenible, revela estudio sobre desempeño ambiental



viernes, 25 de julio de 2025

Julio25 de 2025

 

Inteligencia artificial y educación: trabajo internacional pone al Plan Ceibal de ejemplo sobre cómo aprovechar las tecnologías

Interesante artíclo de La Diaria vemos su link de ingreso en nuestra página de Tics
.......................................................................................................................................

 

Héroe nativo al rescate: investigación revela cómo un árbol autóctono podría ayudarnos a detener al invasor ligustro.

El ligustro está asfixiando los bosques nativos del país, pero una investigación de ecólogos de la Facultad de Ciencias, realizada en el “último monte natural de Montevideo”, encontró un aliado inesperado: el árbol autóctono sombra de toro, capaz de hacer frente a esta especie exótica invasora.

En Melilla, dentro del Área Protegida Humedales de Santa Lucía, queda el relicto más austral de los bosques primitivos que antaño ocupaban las barrancas del oeste del departamento de Montevideo. En los años 80, el botánico Eduardo Alonso visitó el lugar, ubicado entre la cañada Pajas Blancas y el arroyo Melilla, y describió con detalle su flora. Tras analizar la Carta Forestal, mapas y fotografías aéreas, Alonso lo definió como “el último monte natural del departamento de Montevideo”.

A mediados de los 80, el botánico Héctor Osorio visitó también este sitio para describir sus líquenes y lo definió como un ecosistema inalterado, el único en esas condiciones en la capital. Advirtió, sin embargo, que las chacras que rodeaban el lugar y la creciente urbanización podían provocar un “importante deterioro en el futuro cercano”.

Cuando muchos años después el ecólogo Alejandro Brazeiro, vecino del lugar, visitó el bosque en una salida de campo del curso de ecología y conservación de bosques de la Facultad de Ciencias, la zona estaba ya bajo el cuidado de guardaparques del área protegida y con medidas de monitoreo.

Pese a esas buenas noticias, Alejandro notó enseguida que aquel no era ya el ecosistema inalterado que elogiaban los botánicos de los 80. Aunque se habían tomado medidas para evitar el deterioro tan temido, buena parte del bosque estaba dominada por una especie exótica invasora, de efectos letales sobre los árboles nativos: el ligustro (Ligustrum lucidum). En tan sólo 30 años, este invasor asiático se las había ingeniado para ingresar al bosque prístino de Melilla y asfixiar en algunas partes las especies autóctonas, como si fuera un enviado de la mafia que llega a tomar el control de un barrio.

El ligustro tiene un montón de virtudes que lo vuelven mortífero para las especies nativas. Es muy tolerante a distintos tipos de ambiente y rangos de temperatura, es excelente dispersándose (produce más semillas y frutos que los árboles que suelen habitar nuestros bosques) y crece muy alto y muy rápido. Como resultado de esto, termina ahogando a otros organismos vegetales al acaparar el acceso a la luz, rasgo que define el funcionamiento de los bosques. Si se le da tiempo suficiente puede convertirse prácticamente en el único habitante en pie en ellos.

Como solemos decir en cada nota sobre invasiones biológicas, el ligustro no tiene la culpa de sacar ventaja de ambientes poco preparados para lidiar con él. Llegó aquí gracias al comercio de plantas hace al menos 175 años y desde entonces se ha expandido por Uruguay aprovechando las actividades humanas. Tal como lo demostró un trabajo realizado por el propio Brazeiro y colegas, ya está presente en el 13,4% de los bosques nativos del país.

 

A los ojos de Alejandro, sin embargo, aquel bosque de Melilla era mucho más que una nueva víctima del ligustro; constituía también un excelente laboratorio para entender cómo esta especie temida, hoy en día presente en todos los continentes menos la Antártida, se propaga a pequeña escala. Comenzó a ir allí junto con estudiantes y también colegas para realizar monitoreos y trabajos prácticos en coordinación con los guardaparques, centrados en el análisis de la regeneración de esta especie. Y notó pronto que un extraño patrón emergía.

Y ahora, ¿quién podrá ayudarnos?

Los investigadores se enfocaron en lo que sucedía en tres etapas de crecimiento: las plántulas (individuos de menos de diez centímetros de altura), los plantines (entre 10 y 50 centímetros de altura) y finalmente los juveniles, que iban desde medio metro hasta unos dos metros de altura. “Intentábamos entender cuánto influía en su propagación la fuente de semillas, es decir, la distancia que los separaba de los tres ligustros adultos más cercanos”, explica Alejandro Brazeiro en la Facultad de Ciencias.

 

Para eso, fueron delimitando parcelas (llamadas más específicamente rodales) en las que analizaron la densidad de ligustros y otras especies en estas tres etapas de crecimiento. En ese proceso notaron que no todo el bosque se encontraba en las mismas condiciones. Había rodales en los que predominaban los ligustros adultos y que carecían prácticamente de vegetación en el suelo, otros en los que el dosel estaba dominado por coronilla (Scutia buxifolia), y otros con presencia mayoritaria de sombra de toro (Jodina rhombifolia), caracterizados por un dosel más abierto y con mayor cobertura herbácea en el suelo. 

“Empezamos a ver una tendencia. Si observábamos un rodal con presencia de sombra de toro, por más que hubiera un ligustro medio cerca, no encontrábamos mucha densidad de plántulas y juveniles de ligustro. En cambio, si era un rodal de coronilla, el ligustro entraba sin problemas. Dijimos: acá algo pasa”, sigue Alejandro.

 Se propusieron entonces estudiar exactamente qué estaba sucediendo. El resultado de sus pesquisas es un artículo reciente firmado por el propio Alejandro Brazeiro, Federico Haretche y Alexandra Cravino, del Grupo Diversidad de Ecología de la Conservación del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales (IECA) de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, y Carolina Toranza, del Departamento Forestal de la Facultad de Agronomía de la misma universidad.

 

En el trabajo confirmaron la impresionante capacidad de propagación del ligustro, pero también se sorprendieron con la resistencia inesperada que le presenta el sombra de toro, que tiene algo importante para decir en todo este lío.

 

Siga la luz

En su investigación, Alejandro y sus colegas delimitaron 48 parcelas de dos metros por dos metros en el bosque y las dividieron en cuatro categorías, de acuerdo a sus características: con dominación de coronilla en el dosel, con dominación de sombra de toro, con dominación de ligustro, y, por último, zonas controladas (parcelas donde los ligustros adultos habían sido cortados diez años o dos años antes del estudio).

 

Su objetivo fue entender cómo nacían nuevos ligustros en estos cuatro tipos de parcelas, centrándose en las tres etapas de crecimiento ya mencionadas.

 

Antes de llegar específicamente a eso, vale la pena repasar algunos resultados preocupantes y también bastante impactantes de su análisis. Al estudiar la composición de esos pequeños árboles que conforman la comunidad de regenerantes del bosque, identificaron 16 especies, la mitad de ellas exóticas. Ninguna de estas últimas estaba presente en los años 80, según la lista del botánico Alonso. El ecosistema completamente inalterado ya era más nostalgia que otra cosa.

Dentro de estas especies, el ligustro es rey. O, más que rey, un dios omnipresente. En la categoría de plántulas, la densidad de ligustros fue entre 100 y 1.000 veces superior a la de todas las demás especies sumadas. Por supuesto que la mayoría de estas plántulas no sobreviven, porque la lucha por alcanzar la luz es ardua y sólo unos pocos árboles llegan a la adultez (según su estudio, sólo 2,2% de estos ligustros llegan a la fase juvenil), pero estos pichones de ligustro conforman un ejército de reserva admirable. Si un árbol cae y deja su lugar, hay una altísima posibilidad de que sea un ligustro quien lo ocupe.

 

“Eso significa que en un metro cuadrado de bosque capaz que tenés 100 o 200 plantulitas de ligustro y una sola especie nativa, sin importar cuál”, ilustra Alejandro.

La fruta no cae lejos del árbol

En resumen, el ligustro representó cerca del 99% de los ejemplares más jóvenes analizados en el sondeo, y cerca del 88% entre los plantines y los juveniles. Su capacidad reproductiva es impresionante. Un solo ligustro puede generar entre 100.000 y diez millones de semillas en un año.

 

Pero el ligustro no avanza de esta manera portentosa por todo el bosque, porque si fuera así las tendríamos cubriendo toda la superficie en un gran monocultivo, como las plantas invasoras de la novela de ciencia ficción Los genocidas, de Thomas Disch.

 

En su trabajo, los investigadores comprobaron que esta densidad depende mucho de la cercanía con el árbol madre. “Hay dos mecanismos para su expansión. Uno es a larga escala, a centenares de metros o a kilómetros. El ligustro llega a un bosque nuevo porque un ave transporta la semilla, o lo hace con ayuda del ganado, o porque algún ser humano la traslada sin querer, en la ropa o un vehículo. Pero una vez que un ligustro llega a adulto allí, impulsa una gran acumulación de semillas que crecen sólo en diez metros a la redonda del árbol. El avance pesado, entonces, es lento”, dice Alejandro.

 

Esta característica, tal cual apunta el trabajo, brinda algunas oportunidades para manejar la invasión, sobre todo cuando las propias especies nativas se resisten a la llegada del ligustro.

 

Torazo en rodeo propio

En su estudio, los investigadores encontraron “diferencias notables” en la densidad de ligustros según el tipo de árbol preponderante en cada zona. En los rodales con dosel dominado por ligustro y por coronilla, la densidad de las plántulas de ligustro era muy alta (especialmente en los primeros). En los dominados por el sombra de toro, sin embargo, la presencia de plántulas fue “drásticamente menor”, considerando en los tres casos la misma distancia de las plántulas con los árboles madre más cercanos.

 

Que este mismo patrón se repitiera en las tres etapas de crecimiento estudiadas “sugiere que la supervivencia del ligustro se reduce por las condiciones ecológicas de las zonas de bosque de sombra de toro”, dice el trabajo. “Nos tomó por sorpresa, no teníamos idea de esto”, remarca Alejandro.

 

Tras descubrir este patrón en el bosque de Melilla, decidieron corroborar las observaciones con un experimento. Hicieron un seguimiento a unos 1.000 ejemplares juveniles de ligustro en los distintos tipos de bosque durante un período cercano a tres años.

 

“Lo que hicimos fue marcar con cintitas estos individuos y seguirlos durante ese tiempo. Efectivamente vimos que hay mortalidad en todos lados, lo que es esperable, pero la mortalidad dentro de los rodales con sombra de toro fue significativamente mayor”, apunta Alejandro. Alguien, al fin, le estaba haciendo frente al matón del barrio.

 

“Algún proceso de resistencia del ecosistema actúa en las partes de bosque con Jodina rhombifolia, lo que se traduce en una menor tasa de reclutamiento de plántulas y una mayor mortalidad de platines y juveniles. Hasta donde sabemos, esta es la primera vez que se documenta evidencia de resistencia biótica ejercida por Jodina rhombifolia sobre la regeneración del ligustro”, afirma el trabajo.

 

Como la proverbial aldea de galos que resistía la invasión romana en los cómics de Asterix, ¿el sombra de toro guarda algún secreto que explique su resistencia al ligustro? Los investigadores proponen dos mecanismos no excluyentes que podrían estar actuando, que sería interesante verificar en futuros estudios.

 

La primera hipótesis sugiere que la vegetación herbácea en las zonas de bosque dominadas por sombra de toro sería la responsable de limitar al ligustro. El dosel con sombra de toro es más abierto y deja pasar más luz al piso del bosque, que por lo tanto suele tener más cobertura herbácea que las parcelas dominadas por otros árboles. Estudios previos hechos en Argentina han mostrado que los pastizales limitan fuertemente la emergencia de plántulas de ligustro y de otras exóticas.

 

La segunda hipótesis ya apunta a un papel activo del propio sombra de toro. Una característica notable de esta especie es que es un árbol hemiparásito, “capaz de extraer agua y nutrientes minerales de plantas hospedadoras mediante conexiones en las raíces”, dice el artículo. Bajo tierra, “roba” al vecino recursos esenciales para sobrevivir. Experimentos han comprobado que especies nativas con estas mismas características son capaces de afectar a plantas exóticas, que no han desarrollado defensas o tolerancia para tal comportamiento.

 

Además de dejar planteada la posibilidad de investigar con más detalles las armas ocultas del sombra de toro ante el invasor, el trabajo de Alejandro y sus colegas aporta otro dato fundamental para detener el avance de este asesino serial de bosques nativos.

 

¿Control machete?

Los investigadores también analizaron la regeneración de ligustros en los rodales controlados; es decir, aquellos en los que se mataron ligustros adultos hace ya diez años y dos años.

 

Comprobaron que en los rodales controlados hace diez años la densidad de plántulas de ligustro se redujo un 89%, en promedio, en comparación con los rodales en los que no hubo tratamiento. También se redujo la densidad de plantines. Eso parece una buena noticia, pero cuando verificaron qué ocurría con los ligustros juveniles, la situación se revirtió drásticamente: había allí muchos más que en los rodales no controlados y ya dominados por ligustro. El remedio estaba resultando peor que la enfermedad.

 En los rodales que habían pasado por control dos años atrás la situación era aún peor. Encontraron allí entre siete y diez veces más ligustros juveniles que en los rodales no controlados y caracterizados por dominación del ligustro en el dosel. ¿Qué había ocurrido? Al eliminar un ligustro adulto y abrir un claro en el bosque, decenas de juveniles aprovecharon la oportunidad para crecer. Caído el “general”, una gran cantidad de “coroneles” pasaron a competir por quedarse con el puesto. 

“Estos experimentos de control nos muestran que no basta con matar los ligustros adultos, que son la fuente de semillas. Por lo menos durante dos años o tres hay que ir regularmente y eliminar las plántulas que surgen de las semillas aún activas”, aclara Alejandro.

 

Cuando un enemigo se va...

Fuente La Diaria

jueves, 24 de julio de 2025

 

Cómo la construcción de gigantescas represas ha desplazado los polos magnéticos de la Tierra (y qué implicaciones tiene)

Entre 1835 y 2011 en el planeta se construyeron cerca de 7.000 represas, algunas con el fin de garantizar el uso de agua potable, y otras para generar energía eléctrica o evitar catástrofes naturales.

Pero todas ellas se hicieron con un principio común: el almacenamiento de agua. Y con ello se creó un peso adicional en ciertas zonas del planeta.

Un estudio publicado este mes en la revista de la Sociedad de Geofísica de EE.UU. (AGU, por sus siglas en inglés) y realizado por un grupo de investigación de la Universidad de Harvard, concluyó que ese almacenamiento de agua, que en el siglo XX tuvo su pico más alto, ha desplazado cerca de un metro los polos de la Tierra respecto al eje de rotación del planeta.

A este fenómeno se lo conoce como Desplazamiento Polar Verdadero."Lo importante de este estudio son dos cosas: una es que vemos otra forma en la que la actividad humana afecta a la Tierra y dos, qué efectos tiene en nuestra aproximación al cambio climático, especialmente lo que tiene que ver con los niveles del mar", le explicó al portal científico de AGU Natasha Valencic, líder de la investigación.

Aunque se construyen represas desde al menos hace 3.000 años, el estudio se centra en las modernas, construidas en un lapso de casi 180 años.


Un estudio revela que la construcción de represas alrededor del mundo ha afectado la relación de los polos de la Tierra con su eje de rotación.

Se analizaron un total de 6.862 grandes represas construidas alrededor del mundo y sus métodos de almacenamiento de agua.

"Está claro que no vamos a tener una nueva era de hielo porque los polos se desplacen un metro", explicó Valencic.

"Lo que quisimos ver es cómo la evolución de ese peso extra, ubicado en ciertas zonas del planeta, tuvo un efecto en la rotación de la Tierra", agregó.

Cómo se hizo el estudio

Con los datos recopilados de las represas alrededor del mundo, el estudio buscó responder a dos preguntas: cuánto habían afectado el desplazamiento polar y como estos embalses habían impactado en el nivel de los océanos.

De acuerdo al equipo de investigación, analizaron la cantidad de agua almacenada y el lugar donde habían se habían construido las represas, entre decenas de datos más.

Los científicos señalan que si se pone un peso extra en la capa externa de la Tierra, esta va a girar de forma distinta a la capa interna, donde está ubicado el campo magnético terrestre. Allí es donde se da la diferencia entre los polos y el eje de rotación de la Tierra.

Pero ese cambio no se dio de una manera consistente.

"La primera conclusión a la que llegamos, es que durante la primera mitad del rango de tiempo de la investigación, o sea de 1835 hasta 1954, la mayoría de las represas se construyeron en el hemisferio norte", señala el informe publicado en AGU.

Eso hizo que la desviación del polo Norte fuera de unos 20,5 centímetros.

"Desde 1954 hasta ahora, esta distribución cambió hacia otros lugares del planeta y ese peso extra se redistribuye un poco más", señaló la científica.

Y eso se traduce en una desviación de 57 centímetros de los polos respecto a lo que ya se había observado anteriormente.

El estudio concluyó que en total, la construcción de las represas desde 1835 hasta 2011 hizo que el desplazamiento de los polos fuera de un total de 113 centímetros.

El impacto en los océanos

Los científicos también analizaron el impacto de las represas en el nivel de los océanos.

"Los resultados señalan que los investigadores, de cara al futuro, deben tener en cuenta los embalses para calcular el aumento del nivel del mar", señaló Valencic.

De acuerdo a la investigación, el nivel del mar aumentó un promedio de entre 12 y 17 cm en el siglo XX, pero las represas retuvieron una cuarta parte de esa cantidad.

"Eso es un número importante, teniendo en cuenta que el aumento del nivel del mar no se produce de manera uniforme en todo el mundo", agregó la científica.

Y concluyó: "Dependiendo de dónde se ubiquen las presas y los embalses, la geometría del aumento del nivel del mar cambiará. Ese es otro aspecto que debemos considerar, porque estos cambios pueden ser bastante significativos". Fuente BBC Noticias

sábado, 12 de julio de 2025

https://documentos.ceibal.edu.uy/portal/2025/05/Ceibal_EIP_Agenda_.pdf 

ACCESO A LA AGENDA DEL EVENTO: SEGUNDO Encuentro de innovación pedagógica

22 Y 23 DE JULIO DE 2025

 UN encuentro dedicado a reunir a docentes de Uruguay y la región en torno a experiencias potentes en implementación de propuestas innovadoras.
..........................................................................................
Crianza digital: más allá del pánico

jueves, 10 de julio de 2025

 

El secreto de la vainilla

Un niño esclavo de doce años encontró la fórmula que permitió plantar esta especie fuera de América y crear una industria global

-------------------------------

Los micronutrientes son clave para la diversidad y abundancia de insectos en las selvas tropicales

El estudio se ha centrado en la importancia de la disponibilidad de nutrientes teniendo en cuenta la abundancia, la riqueza y la composición de las comunidades de insectos del suelo en las selvas tropicales

Las comunidades de insectos del suelo en las selvas tropicales se encuentran entre las más ricas y complejas, pero los mecanismos que las estructuran siguen siendo en gran parte desconocidos. Identificar si la disponibilidad de nutrientes juega un papel relevante en el ensamblaje de estas comunidades plantea diversos retos debido a los variados requerimientos nutricionales de los insectos. El estudio publicado en la revista científica Ecosphere demuestra que la disponibilidad de micronutrientes como el sodio, el potasio, el magnesio y el calcio es un factor determinante en la estructura de las comunidades de insectos del suelo en las selvas tropicales. Este trabajo lo ha liderado el investigador del CREAF Miquel Ferrín, durante su trabajo de tesis, dirigido por el investigador Guille Peguero del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la Universitat de Barcelona (IRBio) y Josep Peñuelas, investigador del CSIC en el CREAF, con la colaboración de un equipo internacional de científicos.

Entender la biodiversidad invisible

El estudio se ha centrado en la importancia de la disponibilidad de nutrientes teniendo en cuenta la abundancia, la riqueza y la composición de las comunidades de insectos del suelo en las selvas tropicales.

Los investigadores muestrearon 72 puntos en dos selvas tropicales de la Guayana Francesa, recolectando más de 18.000 ejemplares de insectos e identificando 2.634 unidades taxonómicas operativas (OTUs) mediante técnicas de metabarcoding, es decir, la técnica de identificar especies mediante “códigos de barras genéticos” analizados masivamente. Paralelamente, analizaron la concentración de 19 nutrientes en el suelo y la hojarasca. 

“Este trabajo nos recuerda que, en ecología, los pequeños detalles —como los micronutrientes— pueden tener grandes efectos”, afirma Miquel Ferrín, primer autor del estudio.

El equipo ha observado que la riqueza de especies aumenta con la concentración de potasio y calcio, mientras que el sodio incrementa tanto la riqueza como la abundancia de algunos grupos como los ortópteros y las cucarachas. En cambio, los macronutrientes como el carbono, el nitrógeno o el fósforo —tan fundamentales para las plantas— no mostraron una influencia significativa en la mayoría de los casos. Esto hace necesario ampliar el marco teórico sobre la variación y las limitaciones de las relaciones C:N:P en los organismos y ecosistemas, incorporando la composición elemental y las concentraciones relativas de las especies, incluyendo así la multidimensionalidad del nicho biogeoquímico.

El estudio también destaca la importancia de analizar las respuestas a escala taxonómica fina, ya que diferentes órdenes de insectos responden de manera contrastada a la disponibilidad de nutrientes. Fuente Notiweb

.....................

Isabelino Siede, la primera infancia y la educación como encuentro: “Escuchar al otro como interlocutor”

El pedagogo habló sobre la posibilidad de que las infancias vayan construyendo ciudadanía desde los primeros años y sobre el vínculo entre institución educativa y familias en esa etapa.

Isabelino Siede es pedagogo, docente e investigador, y autor de Entre familias y escuelas: alternativas de una relación compleja (2017). Su mirada ayuda a comprender las tensiones, posibilidades y sentidos de la educación contemporánea desde una perspectiva crítica, histórica y comprometida con los derechos de niños, niñas y adolescentes.

A lo largo de su trayectoria, ha reflexionado sobre la construcción del lazo pedagógico entre jardines e instituciones familiares, y sobre el lugar de la infancia en el espacio público. En obras como Familias y jardines: la experiencia del lazo (2015) y La infancia como ciudadanía desde el nacimiento (2020), plantea la necesidad de reconocer a los niños como sujetos de derecho y a las familias como interlocutoras válidas del quehacer educativo.

Con énfasis en la primera infancia, en esta entrevista abordó temas clave, como las ciudadanías infantiles, las relaciones entre centros educativos y familias, y la participación infantil desde el nacimiento.

A lo largo de tu trayectoria te has dedicado a pensar las relaciones entre escuela, familias e infancias desde una mirada crítica y comprometida. ¿Qué te sigue motivando a investigar y reflexionar sobre estos temas hoy?

Lo que me sigue motivando es que, a lo largo del tiempo, he visto que las tensiones en la relación entre escuela y familias no disminuyen sino que se complejizan. En las escuelas, muchas veces se habla de las familias en tono nostálgico, como si existiera una familia “de antes” ideal que ya no está. Sin embargo, cuando miramos históricamente, las familias siempre fueron diversas, conflictivas, tensionadas. Lo que ha cambiado es nuestra capacidad para poner en palabras esas tensiones y trabajar pedagógicamente sobre ellas. Sigo reflexionando porque creo que pensar críticamente estas relaciones es clave para transformar las prácticas educativas y porque cada contexto nos presenta nuevas formas de vínculo, desafíos y aprendizajes.

Ciudadanías infantiles

¿Qué lugar ocupa la participación infantil en la educación desde el nacimiento?

La participación no es algo que aparece de golpe cuando los niños aprenden a hablar o a razonar como adultos. Desde el nacimiento, los niños y niñas expresan deseos, necesidades, preferencias. Participar implica ser tenidos en cuenta como interlocutores, aunque todavía no hablen con palabras. Las instituciones educativas deben estar preparadas para leer esas expresiones, generar espacios donde esas manifestaciones tengan lugar y sentido, y devolver al niño una respuesta que lo reconozca como sujeto.

¿Cómo se traduce eso en las prácticas cotidianas del jardín?

Escuchar a un bebé también es reconocer sus modos de mirar, de rechazar una propuesta, de repetir otra con entusiasmo, de buscar o evitar un vínculo. Las educadoras y los educadores de primera infancia deben entender que planificar no es imponer, sino proponer, y estar atentos a esas respuestas. La participación infantil se construye desde esas decisiones pequeñas: si puede elegir con qué jugar, si se tiene en cuenta su ritmo, si sus gestos son leídos con sensibilidad. Allí empieza una ciudadanía que no espera a la adultez.

 

¿Qué implica asumir a los niños y niñas como ciudadanos desde el nacimiento?

Cuando un chico ingresa al jardín maternal de la mano de algún familiar, se encuentra por primera vez con un agente público: su maestra. Es en ese espacio público del jardín donde va a empezar a construir sus primeras ideas acerca de en qué sentidos somos iguales, en qué sentidos somos diferentes, qué es lo mío, qué es lo tuyo, qué es lo ajeno, qué es lo compartido, qué podemos hacer juntos y cómo nos organizamos para lograrlo. Esas preguntas fundan el ámbito de lo político, de lo colectivo. Y ese tipo de experiencia, ese tipo de ciudadanía, no puede ser provisto por la familia: es específico de las instituciones públicas, como los jardines.

¿Qué obstáculos culturales o institucionales dificultan ese reconocimiento, especialmente en la primera infancia?

Uno de los principales obstáculos culturales tiene que ver con las representaciones adultocéntricas que aún predominan: la idea de que los niños y las niñas son sujetos en formación, que todavía no están “listos” para participar o decidir. Esto limita profundamente su reconocimiento como ciudadanos desde el nacimiento. Institucionalmente, también hay dificultades: muchas veces las escuelas no están preparadas para abrir espacios reales de participación para los niños, y cuando lo hacen, suele ser de forma simbólica o decorativa. Además, el diseño curricular y los dispositivos de evaluación tienden a enfocarse más en contenidos que en procesos participativos. Superar estas barreras implica revisar profundamente nuestras prácticas, nuestras categorías pedagógicas y también nuestras formas de organización institucional.

Instituciones educativas, centros y familias

En tu libro trabajás figuras como “la cuña” o “la prótesis” para pensar la relación escuela-familia. ¿Qué figuras creés que predominan hoy en los centros de educación infantil?

El primer obstáculo que tenemos al pensar la relación entre instituciones educativas y familias está en nuestras propias representaciones. Muchas veces tenemos una imagen idealizada del pasado, como si las familias hubieran sido siempre armónicas y la relación con las escuelas o los jardines hubiera sido fluida y sin conflictos. Pero cuando uno indaga un poco más en la historia, eso no se sostiene. Las familias han sido siempre estructuras diversas, inestables, marcadas por transformaciones profundas —como las guerras, las migraciones o los cambios económicos—. En Argentina, por ejemplo, el siglo XX trajo una transformación fuerte: la familia dejó de ser una unidad productiva rural para volverse una unidad de consumo urbana, y emergió con fuerza la autonomía de jóvenes y mujeres frente al poder patriarcal.

¿Y cómo ha sido históricamente pensada la relación entre escuela y familia?

Si miramos los modelos pedagógicos fundacionales, aparecen dos grandes enfoques. El primero es el de “continuidad y contigüidad” —como el que proponen Froebel o Montessori—, donde la buena maestra debía parecerse a una buena madre, y viceversa. Había como una especie de espejo entre los dos espacios. El segundo modelo, en cambio, es el de “ruptura y reemplazo”. Sarmiento o Juana Manso planteaban que había que sustituir la crianza familiar porque era inadecuada o peligrosa. Así, la institución educativa debía reemplazar lo que la familia no hacía bien. Ninguno de estos modelos pensaba una articulación real entre roles distintos pero complementarios.

 

¿Qué riesgos conlleva una mirada escolar que ubica a las familias como carentes o subordinadas?

El mayor riesgo es que se reproduzca una lógica de intervención pedagógica que en lugar de habilitar el diálogo, lo clausure. Cuando desde la escuela se piensa que las familias “no saben”, que “no pueden”, que son deficitarias, se las ubica en un lugar de subordinación que imposibilita una verdadera construcción conjunta. Esto no sólo empobrece el vínculo educativo, sino que niega las trayectorias, saberes y estrategias que las familias despliegan cotidianamente para sostener la vida. Muchas veces, el problema no es lo que las familias hacen o no hacen, sino nuestras representaciones sobre ellas. Cambiar esas miradas es fundamental para construir una escuela más justa y democrática.

Relación entre centros educativos y familia

¿Y qué condiciones debería tener una institución para construir una relación pedagógica con las familias?

Lo primero es dejar de ver la relación como una carga extra o una formalidad administrativa. El vínculo con las familias es parte del trabajo pedagógico. No es sólo para informar, sino para construir acuerdos, escuchar, proponer, revisar. Y eso implica tiempo, disposición, cuidado. También supone revisar nuestras propias representaciones sobre las familias, sus formas de crianza, sus decisiones. Hay que pasar de una lógica de control a una lógica de reconocimiento y de interlocución.

¿Qué sentido puede tener habilitar espacios de participación familiar en la planificación institucional?

Habilitar espacios de participación familiar en la planificación institucional enriquece el proyecto educativo y fortalece los vínculos entre jardín y comunidad. En lugar de convocar a las familias únicamente para ejecutar decisiones ya tomadas, se trata de abrir espacios de diálogo real donde puedan expresarse sus intereses, preocupaciones y saberes. Esto implica también reconocer que las familias tienen algo para decir sobre el qué y el cómo del trabajo pedagógico. Un diálogo curricular con las familias, como el que se fue dando en muchos jardines durante el tiempo de pandemia, es una posibilidad potente para construir jardines más públicos, más democráticos y más significativos para las infancias.

 Javier Alliaume Molfino es maestro, magíster en derechos de infancia y políticas públicas, y doctorando en Ciencias de la Educación, docente e investigador del Departamento de Primera Infancia del CFE-ANEP.

Fuente: LA Diaria